Es probable que en algún momento te hayas planteado si debías llevar brackets. Bien sea porque has notado que tus dientes no están bien alienados, los has notado muy separados o por el contrario muy juntos…Sea cual sea el motivo, lo primero que debes saber es que para saber si debes llevar ortodoncia debes acudir a un dentista profesional para que este lo determine. A través de un estudio personalizado sabrá exactamente qué tipo de tratamiento necesitas y qué tipo de ortodoncia va más acorde con tus necesidades específicas.
En segundo lugar, es también importante considerar que la ortodoncia no corresponde solo al nivel estético, como se suele pensar. Aunque la situación en que se encuentran nuestros dientes marcará nuestra sonrisa, cuidar de ella no solo es fundamental para mantener una buena estética dental. En la mayoría de las ocasiones, llevar ortodoncia solucionará otros problemas bucodentales e incluso malestares físicos.
Por ejemplo, cuando nuestros dientes no encajan bien unos con otros, no tendremos una mordida correcta, lo que hará que resulte más difícil mantener una buena limpieza de ellos y corramos más riesgos de que perdamos piezas prematuramente debido a la caries y las enfermedades periodontales.
Esta mala posición de los dientes también puede derivar en otros problemas, como una tensión extra en los músculos de la masticación, los llamados trastornos de los músculos y la articulación temporomandibular (ATM), que finalmente derivan en dolores de cabeza y molestias en cuello, hombros y espalda.
Por eso, es importante saber detectar los síntomas que nos pueden indicar que debemos llevar ortodoncia y acudir periódicamente a un profesional sanitario para que revise nuestra salud bucodental.
Síntomas que indican que debemos llevar ortodoncia
- Sobremordida: los dientes superiores cubren total o parcialmente los dientes inferiores.
- Submordida: los dientes inferiores se posicionan excesivamente hacia delante o bien los superiores se posicionan muy hacia atrás.
- Mordida cruzada: en este caso, los dientes superiores no descienden levemente por delante de los inferiores anteriores o ligeramente por fuera de los dientes inferiores posteriores cuando mordemos.
- Mordida abierta: en la mordida no hay contacto entre los dientes superiores e inferiores, es decir, al morder nuestros dientes no encajan bien y dejan espacio entre ellos.
- Diastema: este término se emplea cuando los dientes (generalmente los superiores) están muy separados entre sí y existe un espacio. Es muy frecuente especialmente en los niños debido a que los dientes temporales son más pequeños que los permanentes, y generan irregularidades.
- Apiñamiento: sucede cuando los dientes son demasiado grandes para ser acomodados en el espacio que ofrecen, lo que hace que estos se junten entre sí y aparezcan montados o apiñados. A veces sucede que hay personas en las cuales su boca es demasiado pequeña para almacenar todos sus dientes con el espacio adecuado, lo que hace que se acaben juntando entre sí.
- Dolor de mandíbula: Si la mandíbula está desalineada con el resto de nuestra boca, ejercerá una presión adicional que originará frecuentes molestias y dolores.
De igual forma, si tienes dudas sobre si debes llevar o no ortodoncia, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. En Clínica Dental Mingari estaremos encantados de ayudarte.